Mi hígado amaneció malhumorado, nuevamente,
cada día más la muerte me acosa
por todos los costados.
Me duele el vaso, me duele el páncreas,
los hueso de mis pestañas
y las uñas de mi mano izquierda,
también me duelen.
Pero más duelen las incidencias del cotidiano,
y la monserga de mis noches a ojos cerrados.
2008 ©Sergio Alejandro Plasencia
Thursday, November 6, 2008
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