Brasil, fue en Recife de puentes y puentes, de largos y sensuales días y eternas y lisonjeras noches, tierra de mi juventud, hogar efímero, donde descubrí la ilusión de la felicidad en la carne: en el barro de la sexualidad, incesante como el fuego.
Oro verde es tu samba Brasil, y tus mujeres mulatas, negras, rubias y caboclas;
Oro verde es tu fútbol, tu freijoada, tu caipirinha y tu Amazonas que oxigena al mundo: y sus indígenas sabios, y el jaguar y la anaconda y su río profundo.
Brasil musical de la avenida y de la calle, del litoral infinito, del Corcovado, donde vi a Cristo, del Pan de Azúcar que sobrevive al Río de Janeiro, decadente, y todo lo que fue mío y que aún me pertenece.
Te amo Brasil, te amo.
Llenaste todo lo que fui, y todo lo que quise ser:
Un estudiante -clase turista- mientras despertaba al son de tu carnaval.
2008 ©Sergio Alejandro Plasencia
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