Pirámide preciosa,
con excelencia de soldado a la cabeza de su pelotón,
o como buen almirante al frente de su galeón,
no hay nada más aguerrido, ni amoroso,
que el abecedario en español.
De la A a la Z todas sus letras son atletas.
28 sonidos, 28 signos, mágicos y perfectos,
van desafiando a quien las quiera
o en busca de un abrazo.
Me gustan las palabras que parten de las letras
de un abecedario concentrado,
y como todo buen letrado, tolerante a veces,
gusto de palabras que vienen a mi encuentro,
como letras desarmadas,
con la bondad del amor puro, que te aguarda,
aunque a veces y me consta,
con un rosal de espinas en la mano.
Pero tengo una afección que a mi mismo intriga,
amo a la P con desmesura.
P, de preñada siempre,
siempre pariendo ideas,
patéticas de vez en cuando,
como queriendo desarmar al mundo
o globalizar la paz con un poema;
pero mi amor es muy terco,
es un amor primaveral.
Es un amor de poeta, de pariente, de pan, de pluma,
de papel, de patriota, de pregunta, de progreso,
de paisaje, de pareja, de pincel, de plancha,
de primordial, de prodigo, de pueblo,
de proyecto, de praxis, de puente,
de perdón, de paciencia,
de paz -- o de pólvora:
Es un amor de pantalón!
Por eso, con la letra P, río y montaña de mi porvenir,
me quedo Yo,
a ustedes les dejo el resto:
Pájaro, pasión, prosperidad, poema.
2008 ©Sergio Alejandro Plasencia
Sunday, November 9, 2008
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