NO HABRA TIERRA PARA TANTOS MUERTOS

Los poetas siempre cuentan sus tragedias
como si fueran de otros;
por eso yo quiero
contarlas como son.

S.A.P.


Siglo XX, XXI, cobarde calendario,
desbordado de traiciones,
de venganzas y de victimas,
de mercenarios y suicidas,
de tumbas y de ruinas,
en Nueva York o Palestina,
hoy la gente se alimenta,
de terror, terror, terror,
en la sala de su casa
o en las ruinas de la esquina:

Siglo XX, XXI, de luces asesinas,
de justicia cegadora,
embrutecido por la historia,
por la fe, por la esperanza, por el valor de la osadía,
por el placer de la victoria, por la ambición cegadora,
de poderes mercantiles, más elocuentes que soldados,
fértiles caines, telúrico fracaso.

De levita y portafolio, o de cuevas clandestinas,
conspirando el año entero, para llenar mil cementerios,
de Cristos y esclavos, Pilatos y ladrones,
que enlutan la tierra, harta de sangre,
de lagrimas blindadas y de olores a podrido.

Siglo XX, rojo y negro en su llanura,
de hazañas sin laureles,

terribles como bombas, caídas de los cielos,

cobardes y sangrientas, fatídico fracaso:

De ruinas como mares, de odios infinitos,
de sueños traicionados - ¡Brutal de boca en boca!

XXI de sal, de llanto como olas, creciendo en su venganza,
en su poder de desatino, de genocidio sin clemencia,
como verdugo desalmado - con licencia para todo -
volverá a brillar la noche, embrutecida por el odio,
o por intereses cardinales,
del tamaño del dinero:

Y no habrá tierra, para tantos muertos.

2008 ©Sergio Alejandro Plasencia